17 de mayo de 2010

Quimioterapia II

“Everybody wants to know her name,
How does she cope with her new found fame?
Everyone asks me,
Who the hell is she?
That weirdo with 5 colors in her hair.”


Anna cantaba alegre en la ducha la canción que en ese momento sonaba en alguna cadena de la radio. Mientras, al otro lado de la puerta, su hermano pequeño, David, pegaba golpes a la puerta intentando llamar la atención de su hermana.

Al acabar la canción pudo oír “...tas o tostadas.” Ininteligible, excepto la última palabra, pero David volvió a repetir, como llevaba haciendo hacia más de tres minutos. Ann extendió la mano y bajó la voz al aparato y así oírlo mejor.

-Tataaaa, pregunta mamá que si quieres galletas o tostadaaaas.- El niño gritaba con todas sus fuerzas.

-Deja de gritar ya te he oído. Dile que quiero tostadas.

Una vez dicho esto volvió a subir la voz a la radio y siguió con su tarea feliz.

***
-Siempre dejando los juguetes tirados.- La chica se agachó para recoger el cochecito agarrándose de la barandilla para evitar caerse por las escaleras.

Hizo rodar las ruedas del juguete por la pared imitando el sonido del motor de un coche, tal como hacía su hermano.

-Y Anna vuelve a ganar la carrera!!! Increíble señoras y señores! Esta ha sido una carrera formidable y Anna ha conducido como nunca!!- Ahora imitaba la voz de un comentarista mientras entraba por la puerta de la cocina.

Se sentó a la mesa y agarró una tostada. Le encantaban las tostadas, sobre todo las que hacía su madre.

-Muy bien!! Siempre supe que ganarías la carrera. Aposté por ti, a este paso me voy a hacer rica a tu costa.- Dijo con una sonrisa antes de beber de su taza de café.-Ahora debo decir que te des prisa porque...

-Vamos Ben machaca a eso áliens!!- Se oyeron dos voces gritar desde el salón.

-Parece que los chicos se divierten.-Dijo su madre antes de dar un sorbo más a su café.

-¿Ha vuelto papá?-Ann miró a su madre extrañada.

-Nop, un no.- Contestó con una sonrisa pícara.

-¿Entonces? ¡Dios! ¿Raúl?

-Aja.

-¿Qué hace aquí?

-Cuando salí a por el periódico estaba allí fuera esperándote y le he invitado a desayunar.

-¿No le habrás agobiado, verdad?

-No me ha dado tiempo ni de preguntarle como le iba, tu hermano lo ha secuestrado nada más entrar por la puerta.- En casa todos apreciaban a Raúl por lo buen chico que era, y por hacer a su hija feliz.

-Pobrecito un día dejará de venir, todo el mundo lo secuestra cuando viene aquí.-Menos mal que todo el mundo lo consideraba ya de la familia, porque el primer día...

[Flash back:]

-¿De verdad tengo que hacerlo? Es una comida familiar, yo no pinto nada aquí-replicó el chico.

-Te equivocas pintas mucho, tu eres parte de mí, por lo tanto, mi familia es tu familia-le contestó ella arrastrándolo.

-Pero no le he comprado nada, no puedo ir y presentarme a un cumpleaños con las manos vacías.

Era el cumpleaños de David, y toda la familia se había reunido para celebrar el quinto cumpleaños del miembro más joven de la familia.

-¿De qué tienes miedo?-se paró y lo miró a los ojos.- Te prometo que no te agobiarán, se lo tengo prohibido a todo el mundo, confía en mí-se encaminó de nuevo arrastrando al chico.

-¿Y el regalo?

-Confía en mí-repitió antes de entrar por la puerta que daba al jardín donde todos estaban charlando tranquilamente.

Los dos esquivaron a los niños que correteaban por el jardín soltando alguna que otra vez “¡Pilladoo!”, y se acercaron a la mesa donde los demás habían dejado de hablar para analizar al chico. Ann le dio un último apretón a su acompañante antes de hablar.

-¡Buenos días!-saludó con una sonrisa.-Este es Raúl.

-¡Buenos días!-exclamó intentando parecer tranquilo aunque estaba de los nervios.

-Raúl, estos son mis tíos Pepe y Juana, Mauricio pero lo llamamos Mauro y mi tía Laura, Esther y Paco, Luisa y Jesús, Agustín y Maribel. Mis abuelos Rosa y Jacinto, y Luisa y Agustín. Y estos son Carmen y Santiago, mis padres-acabó por fin.

El chico estaba ya cansado de tanto dar la mano y dos besos, cuando llegó a sus padres no sabía que hacer exactamente entonces su padre le extendió la mano y Raúl se la estrechó y su madre le dio un abrazó.

-¿Bueno qué nos lo comemos ya? Tiene buen aspecto- el tío Pepe era el gracioso de la familia, aunque todos lo eran, esa era una familia muy rara.

-Qué gracioso Pepe. No crees que sería mejor comerte a ti? Seguro que esa barriga cervecera nos alimenta a todos- contestó Anna.

Los niños pasaron por el lado de la mesa corriendo y uno se paró en seco al ver a los recién llegados. Era David, se puso delante de Raúl con las manos en jarras y lo miró de arriba abajo con los ojos entrecerrados.

-¿Y tu quién eres, intruso?- dijo sin dejar esa pose tan graciosa.

-Soy Raúl, feliz cumpleaños- dijo sonriendo.

-¿Eres su novio?-preguntó.

-Sí, es mi novio-contestó Anna.

-¿Cuanto lleváis juntos?

-David, por qué no te vas tu a jugar, eh?

-¿Te gusta “Ben 10”?-el niño seguía haciéndole preguntas sin hacer caso a su hermana.

-Sí, me gusta.

-Bien, espera aquí, no te vayas, forastero-y se fue corriendo.

-Dónde están Nuria, María y Susana?-preguntó Ann para romper el hielo.

-En casa, jugando con el ordenador-contestó Luisa (abuela).

-Bien, vamos que te las presento.

Los dos se introdujeron en la casa y se chocaron con David que corría. En ese instante lo cromos que llevaba en la mano salieron disparadas.

-Mira por donde andas, “patosa”-así llamaba David a su hermana.-Me había costado mucho ordenarlas!!

-Perdona David. Son sus cromos favoritos porque son de Ben10 se las enseña a todo el que entra en esta casa-informó recogiéndolos del suelo.

-Yo tengo algunos cromos que no los quiero para nada, si quieres te las traigo.

-¿En serio?- al niño se le iluminaron los ojos.

-Claro!

-Vale, ahora vayámonos- dijo Ann dándole los cromos que había recogido a su hermano.

-Pero se los quería enseñar!!-se quejó éste.

-¿Luego me las enseñas vale?

-Esta bien- dijo el niño saliendo de la casa desilusionado.

-¿Con que “patosa”, eh?- comentó riendose.

-¡Calla!-exclamó la aludida dándole un empujón.

Le enseñó rápidamente la planta baja y subieron las escaleras hacia la primera planta, donde estaban las habitaciones. Una vez allí, rápidamente también, le enseñó cada una de las habitaciones dejando la suya la última.

-Esta es la biblioteca, despacho, sala de estudio.

-Coño, cuantos libros! Ni la biblioteca pública tiene tantos-exclamó el chico asombrado.

-Que quieres que te diga, nos gusta leer. Venga, vamos, queda una, mi habitación-dijo sacando a Raúl por la fuerza, el cual se había parado leyendo los títulos de algunos libros, que hacía mucho tiempo que quería leerse.-Es mi escondite-dijo abriendo la puerta. Tres chicas estaban riendose animadamente contemplando algo en la pantalla del portátil.

-Pobrecito, como le haceis eso?-dijo una de ellas.

Las tres se giraron a la vez hacia la puerta y la misma que habló antes se arrojó hacia Anna abrazándola.

-Hola primaaa!

-Y por lo que veo, no es un escondite tan bueno como yo pensaba. Esta es Susana, la mimosa de la familia.

La aludida se abalanzó contra Raúl y le dio dos besos sin dejarlo reaccionar. Anna la agarró de la camiseta y la estiró hacia ella.

-Aquella que está apoderándose de mi portátil, es María, la rara-la chica le sacó la lengua sin quitarle ojo a la pantalla, parecia muy absorta.-Y la que queda, es Nuria, la borde.

-Ja ja, que graciosa. ¿Y este monumento quién es?-estas palabras provocaron que Raúl se sonrojara.

-Este monumento, es Raúl, mi novio.

-Novio nuevo? Vaya, yo pensaba que aun estabas con ese, como se llama?

-Sergio-contestó Susana que ahora también miraba a la pantalla.

-Sí, ¿qué pasa, que le pones los cuernos?-añadió Nuria.

-Ja ja, vosotras si que sois graciosas. Tu ni caso, eh? En esta habitación, la única que pone cuernos eres tu, maja.

-¿Yo?-Nuria intentó poner cara de ofendida.-Pero si soy una santa.

-Si ya, y yo soy la virgen María, no te jode-comentó Susana tirándose en la cama.

-Espero que no estéis corrompiendo mi precioso Mac-dijo Anna acercándose a ver qué hacía María.

-El Mac lo has corrompido tu, guapa, te acabo de limpiar un virus que tenías.

-Gracias, te debo una. ¿Y Antonio y Alejandro?

-Han salido con las motos. Como no llegabais, se han impacientado, pero están por aparecer, papá lo ha llamado-contestó María.

-Te digo yo dónde están esos dos...-dijo Nuria.

-No gracia, no necesitamos de tus teorías, no son muy fiables-añadió Susana riendo.

[Fin del flash back]

-Gigantosaurio!-Los gritos de su hermano la sacaron de sus recuerdos.

-Será mejor que vaya al salón, no vaya a ser que el “gigantosaurio” destroce la casa.

-Ves-dijo su madre retirando los cubiertos que Ann tenía delante, los últimos que quedaban en la mesa.

Anna entró en la habitación haciendo ruido, le encantaba molestar a su hermano mientras veía la tele. Y él lo hacía a su vez.

-Para “patosa”!- gritó el pequeño dando saltos en el sofá sin ni siquiera girarse.

Ella sonrió y siguió caminando hasta llegar al sofá donde su novio la estaba esperando, se sentó encima y le dio un beso.

-Buenos días “patosa”- saludó él con una sonrisa.

Se volvieron a besar, olvidando que su hermano estaba dando saltos en el sofá, justo a su lado.

-Argh! Dejad de daros el lote delante de mi o se lo digo a papá. ¡Qué asco!

Los dos adolescentes se rieron por el comentario, era muy gracioso ya que el niño estaba utilizando esas palabras sin ni siquiera saber qué significan con exactitud.

-¡A la orden, pequeño sheriff!- respondió Raúl.

-Nadie se mete con gigantosaurio!- estaba claro que el niño ya no les hacía caso.

-Será mejor que lo dejemos, no vaya a ser que nos extermine como Ben a sus áliens.

Los dos se echaron a reír y se levantaron para abandonar la estancia dejando al niño viendo los dibujos.

-Quédate con mi madre en la cocina, yo vengo en un abrir y cerrar de ojos.

-Está bien

***
Anna se miró al espejo. Su precioso pelo largo ya no estaba. Por culpa de le quimioterapia se le había caído todo el pelo. No le importaba su aspecto, pero algunas veces si le molestaba, como por ejemplo cuando se le quedaban mirando raro por la calle o simplemente sus compañeros de clase.

“Qué importa, al fin y al cabo no me queda mucho tiempo.” Pensó. Se maquilló rápidamente los ojos, se puso un pañuelo en la cabeza, cogió su bolso dónde guardaba el portátil que siempre llevaba consigo y bajó la escaleras rumbo a la cocina.

-¿Os vais a casar?-Preguntaba David.

-Oye sheriff novato, deja a mi novio en paz o hablaré con tu jefe y tendrás graves problemas.- Ordenó Anna entrando por la puerta.

-En verdad éste ya está al enterado, lista. Es un pacto de sheriffs.- Dijo el niño y rápidamente hizo una mueca de sorpresa llevándose la mano a la boca.- Hala! Eso era un secreto. Ahora tendré que matarte. Pum pum- hizo como si tuviera una pistola y disparara contra su hermana.

-Aaah, sabía yo que tenía que ponerme el chaleco antibalas.- Y se tiró al suelo haciendo como si se muriera.

David se acercó a su hermana y llevó la mano hasta el cuello de Anna para “comprobar su pulso” obviamente, no sabía dónde tenía que poner la mano exactamente.

-Los buenos sheriffs comprueban que sus criminales estén muertos-dijo convencido de lo que decía- Sí, esta muerta. Mamá creo que tendrás que limpiar...

Entonces Ann agarró a su hermano y lo arrastró hacia ella haciéndole cosquillas.

-Te has equivocado novato, yo soy inmortal-imitó una sonrisa maléfica.

-Aaaaah deeeejaaameeeee, noooo-decía el niño entre risas luchando contra las cosquillas de Ann.

-Eh chicos! Gracias por limpiarme el suelo, pero ya vale. Anna es hora de que te vayas o llegaréis tarde.

-Ups! Será mejor que le hagamos caso, esta es pero que el sheriff jefe-susurró Ann a su hermano levantándose del suelo.

Para levantarse se apoyó en la puerta olvidando que se podía abrir por los dos lados y al soltarla, la puerta volvió y le pegó en el culo empujándola hacia delante provocando que todos los presentes rieran.

-Bueno, ¿qué nos vamos ya?-preguntó Ann agarrando su bolso que depositó anteriormente en el suelo.

-Cuando quieras-respondió Raúl levantándose de la silla.

-Tened cuidado con ese cacharro-dijo su madre antes de ver como su hija salía por la puerta agarrada de la mano del chico, después de haberse despedido con un beso (los dos). “Sí, la quiere mucho, se le nota en cómo la mira.

-Mami, ¿qué es un novato?-David le estiraba del pantalón.

-Un novato es...-la puerta de la entrada se cerró.

Fuera de la casa, en el jardín los dos enamorados reían por la pregunta del niño.
-¿A qué cacharro se refería mi madre?-pero al chico no le dio tiempo de contestar, al salir a la calle, Anna observó la moto azul con detalles negros de su novio.-Ah, la moto.

-Exacto, ahora ponte el casco y vamos.

El chico arrancó la moto y desaparecieron calle arriba acompañados del viento. Ann se agarraba a su cintura apoyando la cabeza en su espalda. Y él conducía la moto concentrado en la carretera y en que Anna estuviera bien, sabía que tenía miedo e intentaba ir lo más despacio que podía.

2 comentarios:

Azura Schuy dijo...

*__________*
Que bonito...
me mató lo de Ben10
y no se por que, pero tengo la sensación que Nuria me recuerda a alguien... a quien será??

En fin, tu sigue eh? -_-

Bye!

Tabitha dijo...

Ahora es cuando se matan los dos con la moto. Chán. Noo, anna no puede morir.
Wno, ya sabes, el capi no tiene nada emocionante esta vez. Asi que sigue escribiendo!

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